(El misterio de la lápida encontrada)
Por Juan R. Naddeo y Oscar Fantini.
Don Rudecindo Cabrera
Los aullidos de los
indios se
escuchaban alejándose de la Rosa
del Sur, marcaban la decadencia y
marchitez
de la Rosa; 600 animales
se llevaban los indios de Calfucurá, al oeste para el
lado
de la Sierra de La Ventana, buscando sus
toldos donde descansarían para encarar la rastrillada a Chile y
vender
las vacas robadas
a un
paisano,
que
tendido junto a su hijo en los
campos de Tres
Arroyos, habían pagado, lanceados, su sueño de
encarar un proyecto familiar nacido en Monsalvo.
Don Segundo
Cabrera y
su hijo Pedro Sábas, son los
dueños de estas osamentas,
cerquita andaba otro hijo Rudecindo,
que
enlazado por los
indios, se salvó gracias
a su
cuchillo de cuerear, bien afilado, cortando el lazo y huyendo entre los pastos, temblando de miedo y
bronca.
Rudecindo va a recuperar
los
cuerpos de su padre y
hermano, para enterrarlos
en los pagos de Monsalvo,
de
dónde habían salido para arriesgar su capital.
La familia Cabrera es
el grupo familiar más
grande y extendido por
todo el país,
surgiendo dos
ramas derivadas de
Jerónimo Luis
de Cabrera (fundador
de Córdoba), y
su
hermano Antonio Luis
de
Cabrera, llegados
a nuestro país en forma directa en el primer caso, e indirecto en el segundo, producidos
en el siglo XVI,
con el proceso de
llegada de españoles
y población del territorio a las que se fueron sumando otras provenientes de la Península Ibérica.
La familia Cabrera aludida en el presente caso se radicó en el
Partido de Monsalvo cuando este territorio había perdido el contacto con los
malones indígenas,
desplazados
hacia el oeste
y sudoeste
de
la Provincia. La Provincia de Buenos Aires, ya comenzaba a recibir una población, basada en inmigrantes europeos españoles, franceses e
italianos, a los que se
sumaban pobladores de provincias como Córdoba,
Santiago del Estero. En este
ámbito rural, se
desarrollaban actividades
acordes
con
la cría de ganado equino,
ovino y bovino, inmersos en el proceso económico de desarrollo
de la ganadería, que buscaba
explotar las riquezas, que en forma natural se
daban en el sudeste
bonaerense. El establecimiento de los
Cabrera, generó un arraigo
en esta tierra,
que
se transformaría en identificación con este sistema
de
vida, con los
medios de comunicación
existentes y
las relaciones establecidas
a través de las distancias.
El Cabrera aludido en esta
historia había nacido en San Nicolás de los
Arroyos, hacia fines
de
1824, hijo de Ramón Cabrera y
Cándida Perez. Muy
joven se
trasladó a tierras
de
Chascomús, donde contrae enlace el 5 de julio de 1848
con
Josefa Moreno, con la que tendrán una numerosa familia, radicándose posteriormente en la zona, verifican-dose estos datos por los bautismos de sus hijos en Dolores.
Sus
hijos fueron:
Luis
Domingo, nacido en Chascomús en 1850;
Pedro Sabás, nacido en 1851,
Rudecindo, nacido en 1852;
Agustina, nacida en 1854
Marcelino, nacido
en 1858;
Clara, nacida en 1859;
Serapio, nacido en 1860;
Ciriaco
y Pedro José, nacidos
en 1863;
En 1869 Segundo Cabrera, figura en el Primer Censo Nacional, como capataz
de Campo, con 49 años, trabajando en el Establecimiento de Lonkoy, hoy
partido de Gral.
Madariaga, cuyo propietario era el Sr
Herrera,
luego se trasladaron a las
Lomas de Machado, en el mismo partido,
donde adquirieron campo.
Pocos años
después,
utilizando las
franquicias que otorgaban en el sudoeste de la
provincia,
adquirió terrenos provenientes del
régimen de Enfiteusis, otorgado desde la década de 1820, a los
efectos de colonizarse
y poblarse.
La familia Cabrera es
el grupo familiar más
grande y extendido por
todo el país,
surgiendo dos
ramas derivadas de
Jerónimo Luis
de Cabrera (fundador
de Córdoba), y
su
hermano Antonio Luis
de
Cabrera, llegados
a nuestro país en forma directa en el primer caso, e indirecto en el segundo, producidos
en el siglo XVI,
con el proceso de
llegada de españoles
y población del territorio a las que se fueron sumando otras provenientes de la Península Ibérica.
En esta mención
se transcribe documentación de la
Historia del Partido y Localidad de Coronel Dorrego (antes conocidas
como
Tres Arroyos), en la que se registran los traspasos
del
campo, a partir de 1875.
En la gráfica del plano anterior se registra cronológicamente
los traspasos del
campo de la familia Cabrera.
Los restos de don Segundo Cabrera y Pedro Sabás Cabrera , fallecidos en Tres Arroyos, a mano de los indios de Calfucurá, fueron rescatados por su hijo Rudecindo, que trasladó sus restos a Maipú en 1876, cuando el pueblo no tenía entidad política. Habitado por sus primeros pobladores, sin infraestructura urbana, pero con servicios religiosos, y una pequeña capilla.
Cuando Enrique Cabrera, descendiente de don Segundo, llega a nuestro pueblo en la búsqueda de sus antepasados y de su identidad se logró desentrañar el misterio de la lápida que, desde hace 40 años, se guarda archivada en el Museo Municipal. Los restos de los Cabrera, descansan en el cementerio local, como final de una familia, que supo mantener su identidad relacionada con Monsalvo. Este relato de la lápida, es una de las historias de Maipú, que el ex director del Museo Iver E. Gramigna, supo explicar a los que vivimos pendientes de la historia local.
En este plano se registra la posesión de la sucesión, obsérvese
la
posición del
campo, a orillas de un arroyo denominado Arroyo del Indio.
Una familia tan numerosa
tuvo integrantes destacados en la historia local y regional, uno de ellos
Domingo, nacido en Chascomús, se
traslada a los
17 años a la zona de Lonkoy (Gral. Madariaga), viajando asiduamente
a la Rosa del Sur,
hasta
la
muerte de su padre y su hermano. Posteriormente
se instala en las
denominadas Lomas
de Cabrera, declarando
haber conocido a Pastor Luna, en la Porfía de José
M. Areco. Domingo explica: “ Pastor Luna no era el
gaucho
malo,
que
pretendían retratar en esa época. Tuvo sus peleas frecuentes, y hasta se
enfrentó a la policía.
Pero todo
cambia cuando supo que habían
detenido ,procesado y fusilado a Pastor
por
haber asesinado y
degollado
a un paisano de la zona.
Esto ocurrió en las
inmediaciones
de la laguna de Kakel
Huincul
, hacia 1871, en tiempos que mandaba Matías Ramos
Mexia “. (Periódico
“El Argentino” de Gral Madariaga, 1932.)
Domingo fue varias
veces Intendente
Municipal, del Tuyú en reconocimiento a
sus virtudes, junto a otros
cargos públicos importantes. En 1907,
cuando se funda el pueblo de Gral. Madariaga, Domingo fue el primer Intendente Municipal, alejándose posteriormente
de
la función pública, habiendo instalado las autoridades
del pueblo, períodos en los
que
su patrimonio se
redujo a la
nada, habiendo cumplido su palabra empeñada y fiel a los amigos.
Otra de
las
hermanas Cabrera, Agustina, nacida
el 5
de mayo de 1854, fue bautizada
el 12 de noviembre del mismo año en Dolores. A los 29 años contrae
matrimonio con un vecino de Maipú: Alberto Vannelli, italiano,
radicado en este medio
En esta
ficha del
Censo Nacional de 1895, censada por el propio Vannelli, se destacan
los datos del matrimonio: Alberto Vannelli, 46
años,
laboralmente se
desempeñaba como labrador, sabe leer y escribir, es propietario,
y Agustina Cabrera, 40
años, sabe leer y escribir y
es propietaria.
Villa Vannelli, es el nombre de un Barrio actual
de Maipú, lleva ese nombre por haber sido este el donante de sus
quintas
en lotes.
Alberto Vannelli, fue integrante y presidente de la Sociedad Italiana de Maipú en los
períodos 1908 a 1910, 1912, 1913, 1916 y 1917, desempeñándose también como
comerciante
y constructor,
además de lo declarado en el Censo.
Fallecido en 1920, tuvo un homenaje de la colectividad italiana, que trasladó el busto elaborado con
mármol de Carrara,
que
se encontraba en el cementerio local,
al lugar actual,
frente a la Plaza Quintana, luciendo las medallas otorgadas
por
el gobierno italiano en las campañas
militares
de 1866 y 1870,
que
lograron la independencia y formación del
Estado Nacional
Italiano.
Los restos de don Segundo Cabrera y Pedro Sabás Cabrera , fallecidos en Tres Arroyos, a mano de los indios de Calfucurá, fueron rescatados por su hijo Rudecindo, que trasladó sus restos a Maipú en 1876, cuando el pueblo no tenía entidad política. Habitado por sus primeros pobladores, sin infraestructura urbana, pero con servicios religiosos, y una pequeña capilla.
Vecina a esta, se
dieron cristiana sepultura, en los terrenos
que
hoy se ubican en el
patio de Carruajes del Museo Kakel Huincul, hasta
tanto se construyera un cementerio, cuando esta localidad tuviera una entidad urbana.
Restos de la lápida perteneciente a los
caídos en lucha contra los indios el 18 de marzo de 1876,
y enterrados en el campo lindero a la capilla de Maipú. Archivo del Museo Municipal Kakel Huincul de Maipú.
Cuando Enrique Cabrera, descendiente de don Segundo, llega a nuestro pueblo en la búsqueda de sus antepasados y de su identidad se logró desentrañar el misterio de la lápida que, desde hace 40 años, se guarda archivada en el Museo Municipal. Los restos de los Cabrera, descansan en el cementerio local, como final de una familia, que supo mantener su identidad relacionada con Monsalvo. Este relato de la lápida, es una de las historias de Maipú, que el ex director del Museo Iver E. Gramigna, supo explicar a los que vivimos pendientes de la historia local.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
-Archivo del Museo Municipal Kakel Huincul de
Maipú.
-Cabrera Enrique, entrevista a descendiente
de
don Segundo Cabrera.
-Carmona Binayán Narciso: Historia Genealógica Argentina,
Emecé Bs. As, 1999,
Pág 172;
-Documentación extraída de Geodesia, Provincia de Buenos Aires;
-Gramigna Iver Eard, Por los
Pagos de Monsalvo Tomo I y II, 1978,
-Periódico El Argentino, Gral Madariaga, Edición Año 1932;
-Santarone Carlos, en Publicación El Amigo del Museo Municipal Kakel Huincul,
“La
Historia del
Barrio Villa Vannelli”