Bajo el mismo sol.
Si habrá pasao’ el porteño
por esta lonja de asfalto,
desperdiciando el encanto
de mi paisaje sureño;
Si habrá luchao’
çcon el sueño sentao’
sobre cuatro latas,
apretando la alpargata
y arriesgando la salud,
disparándole a Maipú
pa’ llegar a Mar del Plata.
Si habrá contemplao’ el cielo
y al verlo todo limpito,
por paladear el solcito
dejaba olvidao’ el suelo
si habrá ignorao’
el pañuelo verde,
de nuestra llanura,
y si una vez por ventura
se ha bajao’ a la cuneta,
por culpa de una gambeta
de apurao’, para la rula.
Sé que mi pueblo no tiene
lo de la señora perla, pero
la tierra es pa’ verla
del lado que más conviene;
si Mar del Plata entretiene,
Maipú también tiene farra,
sin tener mar, tiene hectáreas
que agitadas por el viento,
es como dir mar adentro
al compás de una guitarra.
Mientras usted veranea,
aquí, en la cosechadora,
a fuerza de juntar horas
también la piel se broncea,
por eso aunque no lo crea
somos los dos parecidos;
mientras usted sumergido
juega con un caracol,
otro va de cosedor
dentro del polvo metido.
Yo sé que me va a decir
que alguien tiene que yugar,
pero si usted va a jugar sería
lindo repartir; yo sólo le via’ pedir
que a la vuelta, compañero,
no me pase tan ligero
sin mirar para el rastrojo,
pues eso que ven sus ojos
fue tuito mi veraneo.
Miguel H. Verna (Maipú: 24 01 1977)