9º CONCURSO LITERARIO NACIONAL - Abril
1987.
Fiesta Nacional del Ternero y Día de la Yerra.
Auspiciado por la Sociedad Rural de
Ayacucho.
Y por la Asociación Civil.
Fiest a Nacional del Ternero y Día de la Yerra.
Fiest
Narración Tema NATIVISTA.
CARMEN QUIROGA.
Nacida en Maipú, Pcia. de Bs.As. Donde reside. Actualmente se desempeña como Directora de Cultura dela Municipalidad de su
ciudad. Ha realizado un importante trabajo de investigación y recopilación para
el relato, de la Historia
del Poncho Argentino, presentado en el espectáculo de Danzas, Canciones,
Muestreo y Relato, titulado "El abrigo de la Patria ", organizado
por la Municipalidad
de Maipú, Dirección de Cultura, año 1985 y posteriormente en Ushuaia.
Nacida en Maipú, Pcia. de Bs.As. Donde reside. Actualmente se desempeña como Directora de Cultura de
En la actualidad, el Banco
Territorial, de Tierra del Fuego, auspicia la filmación para su distribución en
el país y continente, con la Agrupación Folklórica de Ushuaia.
En el año 1973 obtuvo el 2do. Premio
en Poesía, en concurso organizado por la Agrupación Literaria
Maipuense, además un 4to. Premio y menciones en concursos similares.
Es autora de la letra del
himno-canción a Maipú, con música de Horacio Galletti, en concurso con motivo
del Centenario de Maipú, Pcia. De Bs.As. en el año 1987
"Hasta el Fin" es su primer
cuento.
Mención Especial.
HASTA EL FIN.
Vació
el mate junto al pozo y escudriñó el paisaje, sus ojos amaestrados de soles, se
hicieron una línea apretada contra el horizonte y descubrieron la polvareda.
Criollo
de los de antes, vivía con esa voluntad sabia que lo había integrado a la naturaleza;
con su misma constancia, aspereza y serena certidumbre de los amaneceres.
Daba
la impresión de no esperar a nadie, como si hubiere gastado todo el tiempo en
llegadas.
Bajó la vista buscando la frescura del agua y ese mensaje de silencio que el pozo le mandaba misterioso.
Bajó la vista buscando la frescura del agua y ese mensaje de silencio que el pozo le mandaba misterioso.
Con
la única compañía del perro, estaba acostumbrado al tuteo con la soledad; esa
soledad sin lugar para el reproche o la caricia…Caricias… ¡Tan distantes! Que
ya no recordaba si las había soñado, o si alguna vez tuvo una vida con aliento
de otros en la cara, con aliento que no fuera el de su perro.
La patrona había muerto diez años
atrás; cuando aquel hijo se marchó en busca de otras tierras que brotara sin
tanto egoísmo como aquella.
El
viejo se quedó, porque eso era lo suyo, porque aquella era "su
patria", su suelo limitado e infinito… y siguió, tozudo y genuino,
hincando el arado para pedirle gritos a la tierra.
Ya
poco o nada podía sembrar. Cada tanto, iba al pueblo -en su caballo- para
cambiar un vellón de las cuatro o cinco ovejas o algún tarro de leche de la
única vaca, por sus escasas exigencias.
El rancho se erguía solo, con la
enclenque fiereza de su dueño.
Alrededor
los sonidos de siempre eran como su misma carne; a veces, indiferentes, otras,
dolorosos. Por allá el balido de las ovejas, hermanado al ronco ladrido del
perro. Las ranas, en el charco, con su latosa charla de verano, o el silbo de
la perdiz, en acorde con las flautas de los dos eucaliptos cercanos.
Alzó
otra vez la cabeza y su rostro de corteza, con amplios repliegues y canales, se
contrajo levemente. Supo que los que se acercaban eran dos de a caballo.
Pronto los tuvo a su lado.
-Buenas, don… ¿Con quién vive?
-… Con naides… ¿y de ay'?
-Mire, vea, estamos de reconocimiento.
Andamos tras los rastros de un cuatrero.
El viejo parecía no verlos, como
braceando leguas de hastío.
Los otros dos, de bigote llovido y
goteando en las puntas, insistieron.
-Y… diga… ¿no ha visto alguna cosa
rara o movimiento?
(-Cosa rara, -aparentaba pensar el
viejo- ¿Qué raro hay en la terada, los gorriones picoteando el alero, la troje
del maíz y ese valor interminable de las tardes rojizas; o el de las otras, las
de lluvia?... esa lluvia que emparedaba de zinc la vivienda, como si el mundo
no existiera por leguas y siglos alrededor).
-… Y...no.
Los
otros apuraban, con la urgente prepotencia de la sangre joven, fastidiados por
la parsimonia, casi ostentosa, del viejo.
-Vea don que somos de la policía y no
le conviene ocultarnos nada.
Las
alpargatas pardas y gastadas trazaron un semicírculo desparejo, y el viejo, ya
andando para el rancho, casi murmuró para sí: -Yo nunca tuve nada que ver con
los milicos.
Los otros se quedaron quietos, igual
que gato montés dispuesto al zarpazo; luego parecieron pensarlo mejor y, sin
consultarse, hicieron un gesto de desprecio y resolvieron dejar al viejo con
sus cosas.
-¡Viejo retobao'! -dijo uno- Menos
años habría de tener y lo arriábamos al calabozo por desacatarse…
Enfilaron
los caballos para el regreso y el camino volvió a estallar en su nube
amarillenta.
Al rato, eran una mancha sin definir
en la lejanía.
... -Puede dirse nomás. (El viejo
abrió la puerta manoseada y quejumbrosa del rancho). El perro, casi ciego,
volvió a ladrar igual que la noche anterior, cuando reconoció los pasos.
... -No vuelva a insistir... Yo no lo
conozco... ¿Mi hijo? ...Mi hijo se fue hace mucho pa' pedirle brotes a otro
suelo. Ya 'ay de ser un hombre. Yo mesmo le enseñé a serlo. Hombre de ley y
honrao'. Ay' tiene el caballo. Lléveselo y... ¡márchese!
Y... no vuelva más por aquí...
Empezó
a andar hacia el eucalipto -de espaldas al rancho- mientras imaginaba, sin
darse vuelta, el movimiento allá atrás.
Después
escuchó o casi adivinó el salto enhorquetado en el caballo... el taloneo y, ahí
nomás, un galope infinito...
Siguió
andando, buscando la protección del árbol; resignó su cabeza junto al tronco
que se alzaba digno y altivo, y se confundió con su sombra larga y majestuosa.
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"De pura cepa."
Cuentos y poemas de autores argentinos. Premiados en los Concursos
literarios, años 1986 y 1987.
(Publicado por A.I.B.A. Agrupación Impulso de Bellas Artes Ayacucho - Pcia de Buenos Aires - 1987)
(Publicado por A.I.B.A. Agrupación Impulso de Bellas Artes Ayacucho - Pcia de Buenos Aires - 1987)